CLARA HERNÁNDEZ
- Tras tocar durante años para adultos, numerosos grupos de música independiente se han pasado a la música infantil.
- El resultado: libros-discos, conciertos, salas llenas y, en ocasiones, una agenda laboral mucho más apretada que en el pasado.
- "Cada año los eventos de rock para toda la familia crecen en tamaño y número", explica la banda de punk rock Pantones, uno de los habituales de esas citas.
Una estrofa de rock desbocado se ilumina con reverberaciones y ecos doo wop mientras el vocalista Marcos Casal arroja recados sonrientes con aroma a tupé: "Yo solo busco la manera de pasarlo bien, aunque mi padre solo quiera que me porte bien". Se trata del primer corte de Pasarlo bien (Sony), el disco debut de Billy Boom Band. Y, a la vez, la primera incursión que sus músicos (además de Casal, Raúl Delgado), provenientes del grupo de pop alternativo La Sonrisa de Julia, realizan en la música para niños.
"Empezamos a tener hijos o sobrinos y no encontrábamos música para ellos. Todo lo que había era superinfantil, con producción y melodías muy simples", explica Casal. Por ello nació la Billy Boom Band, un grupo de pop rock con ritmos enérgicos (los más apreciados por ese público saltarín, dice) acompañados por letras que cantan a la amistad, los bosques o a un sapo bilingüe con un croar que podría hacer los coros a Elvis.
Introducirse en esta nueva aventura no solo les ha abierto nuevas puertas, sino que les ha proporcionado una agenda mucho más agitada que en su etapa anterior. "Antes de sacar disco en abril, ya teníamos diez actuaciones cerradas. No damos abasto. Eso con La Sonrisa de Julia nunca había pasado", confiesa Casal (alias Billy Boom), quien observa que, mientras la industria musical en general atraviesa un momento complicado, en lo que respecta a conciertos y música para los más pequeños "hay una demanda tremenda".
También fue la paternidad, y la búsqueda infructuosa de "contenidos de calidad" para sus hijas, lo que hizo que el dueto The Pinker Tones dejara de pasear su estimulante cóctel electrónico por los festivales de medio mundo en 2012 para publicar un disco libro bilingüe para niños titulado Rolf & Flor. Hoy, el proyecto (que narra las aventuras de dos pequeños de distinta nacionalidad, en realidad dos almas gemelas cuyos nombres, escritos al revés, son idénticos) cuenta con un segundo volumen en el mercado (Rolf & Flor en el círculo polar) y un tercero en ciernes.
Álex Llovet (alias Professor Manso y el 50% de la banda) admite que, dentro del actual "terremoto" que atraviesa la industria musical, el sector de disco-libros infantiles "está sobreviviendo mejor a la crisis". Asimismo, los espectáculos de Rolf and Flor (en los cuales, cuando aparece en escena Mario 'El heladero', la sala "se viene abajo"), llenan teatros. Pero también hay otras claves. Por ejemplo, unas composiciones elaboradas que huyen de "las letras tontorronas". Y un sonido vitalista que puede navegar por el bebop, el swing, el pop clásico o el reggae con la elegancia ecléctica que es marca de la casa. "Hay momentos de energía altísimos. Nos planteamos los conciertos como si fueran para adultos", concluye Llovet, que asegura que su música no es solo para los niños, "sino para toda la familia".
La importancia de los progenitores, 'compañeros de juerga' forzosos de los más pequeños de la casa, también es subrayada por Paty Critter, del grupo Pantones, cuyo punk pop travieso, vehiculado por voces femeninas, ha participado en festivales infantiles de música moderna como Malakids, Menudofest (ambos en Madrid), así como en el Formigues (Benicassim). "Estos eventos no son solo para niños. Muchos de los que vienen son padres rockeros que, antes de tener hijos, se leían la Guía del Ocio y disfrutaban yendo a conciertos. De esta manera, pueden recuperar una parte de lo que hacían antes y compartirlo con los críos", explica la joven, que también ha observado que estas citas está creciendo significativamente "en tamaño y número". "Son todo un acontecimiento".
Para sus actuaciones infantiles, Pantones aclara que no varían sus canciones: "Son rápidas y la batería va a cañón, pero nuestras voces de chicas y la melodía vocal popera gustan a padres y niños. Les suena a fiesta. Y hemos notado que a las niñas les llama mucho la atención ver a chicas sobre un escenario pegando voces y tocando la guitarra eléctrica, se quedan fascinadas", afirma Critter.
"Tocar para niños no significa variar de estilo", coincide Núria Muntaner, una de las responsables de la empresa Sones que organiza, entre otras cosas, el Día Minimúsica. "Comenzamos hace nueve años en Barcelona con conciertos infantiles en los que invitábamos a grupos indies y, desde entonces, hemos lanzado una colección de discos, damos conciertos en Madrid y Barcelona y nos hemos convertido en una empresa de contratación de espectáculos infantiles", explica. Por sus escenarios ha pasado lo más granado del indie español (desde Russian Red o Christina Rosenvinge, a Joan Colomo, Alondra Bentley y Delafé y las Flores Azules), y sus eventos muestran cada vez con más frecuencia el cartel de "entradas agotadas". A los artistas se les pide que "la puesta en escena sea participativa y los conciertos, dinámicos. Si el cantante es tímido, se le da apoyo. Hay algunos que se cortan más con niños que con adultos".
Una serie, el trampolín a la niñez
La adaptación de las melodías de la serie de culto infantil Hora de aventuras fue lo que permitió a Templeton (hasta ahora amante de los halos de nocturnidad y los pasajes sonoros urbanos) entrar por la puerta grande en este nuevo sector de "público desconcertante" pero "superagradecido" ". "A veces te miran con cara extraña porque no tienen las reacciones gestuales aprendidas de los mayores, pero luego te dan las gracias y te dicen unas cosas que te ponen los pelos de punta", asegura Santi Castillo, uno de los integrantes de la formación, quien reconoce que mientras disminuye el número de gente que va a conciertos, a las citas infantiles van en crescendo.
Para Edu Nebot, antiguo integrante de Mamut, su actual proyecto para toda la familia Candela y los Supremos le sacó de tocar en polígonos industriales de ciudades perdidas a subirse al escenario del Gran Teatre del Liceu de Barcelona o, el pasado fin de semana, del Primavera Sound. Aunque también tenga alguna contrapartida: "Las pruebas de sonido son a horas intempestivas como las 9 de la mañana". Por lo demás, se lo pasa "en grande".
Petit Pop, un supergrupo formado por excomponentes de las bandas alternativas Pauline en La Playa, Nosoträsh, Undershakers, Penélope Trip o Edwin Moses o, recientemente, Blanca Lacasa (del grupo Plastic D'Amour) y Alberto Matesanz (Mate), unidos en el disco-libro Casi un musical, figuran entre los últimos nombres que se han incorporado a este microcosmos cada día más burbujeante.
Calendario indie-infantil
Tras la celebración, esta primavera, de algunos de los festivales de referencia (Día Minimúsica, Formigues Festival, SónarKids, Granada Family, ...) todavía quedan algunos eventos para escuchar música en familia y festivales que cuentan con un área para los más pequeños.
- MiniPop: Del 5 al 7 de junio, Tarragona.
- Día de la Música en Familia by Minimúsica: El 28 de junio, Barcelona.
- Electric BabyLand: Del 1 al 31 de julio, Barcelona.
- InSitu Festival: Del 3 al 4 de julio, en Ambrona (Soria).
- Huercasa Country: Del 10 al 11 de julio, en Riaza (Segovia).
- Resukids (en el Resurrection Fest): Del 16 al 18 de julio, Viveiro (Lugo).
- Cañaveral Festival: Día 18 de julio, en Salobreña (Granada).
- La Mar Chica (dentro de La Mar de Músicas): Del 21 al 25 de julio, en Murcia (incluye la actuación de Pinker Tones, el día 22).
- MagicoMundo (dentro del Rototom Sunsplash): Del 15 al 22 de agosto, en Benicàssim (Castellón).
- Festival de La Luz: -Del 12 al 13 de septiembre, A Coruña.
- South Pop Isla Cristina: Del 12 al 13 de septiembre, en Isla Cristina (Huelva).
